Dasmary, madre de tres hijas y abuela de una niña, ha enfrentado desafíos que marcaron su vida tanto emocional como económicamente. La pérdida de su esposo en Venezuela cambió radicalmente su situación, dejándola como única proveedora y apoyo emocional para sus hijas.

La difícil situación económica en su país la llevó a migrar a Colombia, donde tuvo que luchar con trabajos mal remunerados y separarse de sus hijas durante casi tres años.

El proceso para reunirse con ellas en Ecuador fue complicado, pero finalmente lo logró. En medio de esta travesía, su hija mayor tuvo un embarazo complicado y Dasmary enfrentó desafíos médicos y económicos adicionales. Sin embargo, con el apoyo del proyecto Caminando y el capital semilla, pudo iniciar un emprendimiento de elaboración y venta de chanclas. 

Dasmary mira hacia el futuro con determinación, deseando que su emprendimiento pueda ayudar a otras mujeres, y está agradecida por las personas y organizaciones que la ayudaron a reunirse con su familia y a construir una nueva realidad. Su historia refleja la fortaleza y la resiliencia que muchas mujeres migrantes demuestran en medio de desafíos extraordinarios.